Uno de los errores más comunes en el cuidado de la piel es confundir la hidratación con la humectación. Aunque ambos procesos tienen como objetivo combatir los efectos del ambiente y los hábitos que resecan la piel, cada uno actúa en diferentes capas de la piel y produce resultados distintos. Es importante comprender la diferencia entre ambos para poder brindar el cuidado adecuado a nuestra piel.
¿Cómo saber cuándo la piel necesita humectación? Presta atención si sientes la piel tirante, acartonada, agrietada o descamada.
Para humectar la piel, puedes utilizar cremas o lociones que se describan como bloqueadoras o retentoras de la humedad. Estos productos suelen contener aceites y mantecas naturales, como el karité o el cacao. (Visita nuestra web mascarillasconlebasi)
La hidratación es la capacidad de la piel para absorber agua, y ocurre en las capas más profundas de la piel, a diferencia de la humectación. Es esencial para que las células cutáneas cumplan sus funciones vitales. Una piel bien hidratada no solo previene el envejecimiento, sino que también se ve saludable, elástica, flexible, luminosa y suave.
Los productos hidratantes están diseñados para proporcionar agua a las células de la piel. Por lo general, contienen sustancias activas como vitaminas, sales, minerales, entre otros.
¿Cómo saber cuándo la piel necesita hidratación? Presta atención si notas la piel seca, sin brillo y con líneas cada vez más visibles.
Para hidratar la piel, existen sueros y cremas hidratantes que contienen ingredientes como ácidos, niacinamida, aloe vera, ácido hialurónico, entre otros, que te ayudarán a satisfacer esta necesidad. Sin embargo, lo más importante para prevenir la deshidratación desde adentro es asegurarte de tomar suficiente agua.